HERIDAS POR ATAQUE DE JABALÍ
- clinicavetnoeliape
- 5 feb
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Con la llegada del otoño se inicia en la provincia de Salamanca la temporada de caza del jabalí, para el cual se organizan multitudinarias monterías. Este animal es un mamífero omnívoro, antecesor salvaje del cerdo al que no le importa atacar con saña, que se adapta muy bien a cualquier terreno que le ofrezca cama y alimento.
En el caso de las rehalas que salen en su busca las localizaciones de heridas más frecuentes por un navajazo son consecuencia lógica de la postura del perro en el momento de enfrentarse a este ejemplar. Éste con frecuencia se sienta ante el acoso de la rehala y abrumado por la insistencia de los perros se arranca acometiéndolos con sus defensas.
Es el momento en que los perros –dispuestos para la huida– exponen el tercio posterior de su cuerpo en un intento de escapar de la embestida, pueden ser fácilmente enganchados en glúteos y patas traseras. Son también vulnerables pectorales, cuello y zona facial. Pero los navajazos pueden ser repartidos por cualquier parte de la anatomía perruna, sin distinción ni preferencias, según venga la lidia.
Es importante tener unos conocimientos básicos a la hora de tratar a nuestros perros heridos antes de llegar lo antes posible al veterinario, pues depende de como actuemos podríamos ayudar a salvarle la vida. Como expusimos en nuestra publicación anterior, los pasos a seguir son:
1) Aislar al animal herido y ponerlo en un lugar limpio y tranquilo.
2) Controlar la hemorragia mediante gasas por presión directa.
3) Limpiar las zonas con agua y jabón de restos de sangre, tierra y partículas.
4) No aplicar ningún tipo de medicamento antes de la llegada a la clínica.
5) Acudir al centro veterinario con la mayor brevedad posible.
CASO CLÍNICO:
El pasado sábado llega a la clínica un paciente herido por el ataque de un jabalí, con heridas en tres zonas anatómicas distintas.
Aunque solo veamos un ligero puntazo lo peligroso de estas heridas es la profundidad, la extensión, la infección y las lesiones que puede causar en órganos o sistemas colindantes. Por ello aunque a simple vista nos parezca una herida menor, es necesario acudir rápidamente al veterinario para que valore posibles lesiones internas de mayor gravedad.
Otro punto a tener en cuenta es que los perros de caza después de una jornada de trabajo tiene niveles altos de adrenalina en su cuerpo, siendo un impedimento para aguantar correctamente la anestesia general, por lo que debemos realizar la intervención en el menor tiempo posible y con unos niveles controlados de anestésico.
La lesión que más nos preocupaba a simple vista fue una abertura en la zona abdominal derecha por la que salía parte del intestino. Es de vital importancia revertir el color de la víscera de morado-violáceo a rosa intenso, aplicando gasas estériles mojadas para evitar que se seque y pierda riego sanguíneo.


Una vez resuelto el aspecto de la víscera, debemos comprobar que tiene riego sanguíneo, que no hay rotura o lesiones e inmediatamente introducirla.
A continuación, comprobar la extensión interna de la lesión y a que músculos y órganos ha podido afectar el ataque.


Valorada la extensión interna de la lesión, debemos coser por planos anatómicos capa a capa.


En segundo lugar, abordamos la herida situada en pared costal. A simple vista se trataba de una lesión circular de pequeña extensión, pero al estudiarla internamente había rotura en una de las costillas. Estas lesiones son bastante peligrosas, ya que el aire del exterior puede penetrar en el interior de la caja torácica y afectar a la presión negativa de aire que tenemos en pulmón, pudiendo ocasionar un neumotórax y la muerte del animal.

Procedemos de la misma forma que con la lesión anterior, cosiendo por planos anatómicos en la mayor brevedad posible.


Por último, procedimos a cerrar la incisión situada en la longitud del cuadriceps femoral. Por su extensión decidimos colocar un drenaje para evacuar posible líquido o pus que se pudiera formar dentro de la lesión y facilitar su limpieza.


Después de la intervención comprobamos las constantes y estado del paciente, estando todo dentro de unos rangos fisiológicos normales. Explicamos a sus propietarios como proceder con el postoperatorio del animal y pautamos revisión para asegurarnos de que la evolución es correcta.
LASERTERAPIA:
En perros de rehala que normalmente conviven con más perros y no suelen estar controlados dentro de las viviendas, sumándole además que hayan sufrido un ataque de jabalí que puede acarrear bastantes infecciones es muy recomendable aplicar sesiones de laserterapia.
La laserterapia consiste en el uso de longitudes de onda de luz específicas para crear efectos terapéuticos, pudiendo reducir a la mitad el tiempo de curación y, por lo tanto, el tiempo de recuperación.
La luz láser atraviesa la piel con el mínimo efecto de calentamiento, sin dañarla y con pocos o nulos efectos secundarios, consiguiendo disminuir el dolor, reducir la inflamación e incrementar la microcirculación. Por lo tanto, es un tratamiento eficaz como analgésico y como estimulador de la cicatrización.
Solemos notar mejoría a partir de la tercera sesión, pero cada paciente es un mundo. Lo importante es ser responsable y constante con el periodo de rehabilitación y seguir minuciosamente las indicaciones que paute nuestro veterinario.

De forma más detallada los efectos que produce la terapia láser son los siguientes:
Antiinflamatorio: promueve la vasodilatación y activa el sistema de drenaje linfático (drenando las áreas edematosas). Así, la hinchazón causada por traumatismos y/o inflamación es reducida.
Analgésico: aumenta el umbral del dolor mientras reduce la transmisión de estímulos de dolor en el cerebro. El dolor también se reduce gracias al efecto antiinflamatorio y antiedema.
Mejora la actividad vascular: aumenta significativamente la formación de nuevos capilares, acelerando así el proceso de curación de tejidos dañados, curando heridas rápidamente y reduciendo el área dañada. Además, los beneficios incluyen aumento de la angiogénesis, que hace que los vasos sanguíneos se dilaten temporalmente. El aumento del flujo de sangre en el área dañada facilita el proceso de curación y reduce el dolor.
Mejora la función nerviosa: se usa para tratar lesiones nerviosas tales como parestesias traumáticas o iatrogénicas, disestesias...
Mejora la actividad metabólica: aumenta la producción de enzimas específicas para el transporte de oxígeno, facilitando así la reparación y la regeneración de células dañadas.
Mejora en heridas y acelera la regeneración de tejidos: permite que las heridas, úlceras y mucositis curen más rápido gracias a la bioestimulación y regeneración tisular.
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